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- #4 - Human After All: Equipos remotos, vínculos reales
#4 - Human After All: Equipos remotos, vínculos reales
Cool HR stuff. En serio.

¡Hola a todos y a todas una semana más!
Si es tu primera vez, bienvenida/o a Human After All, la newsletter en la que hablamos de lo que realmente importa en People.
Seguro que como yo, habéis perdido la cuenta de las veces que habéis escuchado que trabajar en remoto enfría los vínculos, desactiva la cultura y diluye el sentido de pertenencia. Y aunque hay algo de verdad en eso, creo sinceramente que muchas veces se confunde presencia con conexión.
¿Estar en el mismo espacio físico garantiza algo?. Podemos estar en la oficina y no compartir propósito, podemos saber en qué está trabajando alguien pero no saber cómo está realmente o podemos asistir a reuniones y no aportar nada.

Desde mi perspectiva, y después de muchos años trabajando en remoto, el verdadero problema no es estar o no bajo el mismo techo, es seguir actuando como si nada hubiera cambiado. Por eso hoy quiero hablaros del reto que muchos de nosotros vivimos día a día: ¿es posible crear conexiones reales en un modelo 100% remoto?
¡Vamos allá!
Gestionar equipos remotos es diferente
Gestionar equipos siempre ha requerido habilidades especiales pero, liderar a distancia, y muchas veces con culturas diferentes, exige más sensibilidad y más intención. Antes, las conexiones surgían casi por accidente pero ahora tenemos que cultivarlas a propósito, y esto, obviamente cambia nuestra manera de liderar. Ahora no podemos hacerlo desde el piloto automático y sin una “estrategia” (por llamarlo de alguna forma), que no esté definida y que no marque los hitos que queremos conseguir, y esa es la principal diferencia.
En remoto no existen las charlas espontáneas, no existen esas charlas café en mano en la máquina de la oficina, ni existen espacios para hablar de temas que no sean puramente operativos. Ahora tenemos que crearlos conscientemente, tenemos que preguntar y sostener espacios de escucha reales.
Y no es control lo que necesitamos, solo es cuidado 🌱
Liderar desde la intención
En remoto, los vínculos debemos crearlos de forma consciente. Eso significa revisar nuestros hábitos y dejar de gestionar por pura intuición para empezar a liderar desde la intención.
👉 Pregúntate:
¿Tengo rituales con mi equipo o solo reuniones operativas?
¿Generamos espacios reales para lo humano, o todo gira en torno a objetivos y resultados?
¿Compartimos aprendizajes o vamos directo al siguiente objetivo?
¿Celebramos los logros o solo corregimos errores?
Estos momentos no suceden de manera natural cuando estamos separados por pantallas, necesitan ser diseñados y cuidados con propósito.
¿Qué podemos hacer para romper esas barreras?
Aquí te dejo algunas prácticas que pueden marcar la diferencia. No son fórmulas mágicas pero ayudan a construir presencia sin presencia física. Y, sobre todo, a que el equipo se sienta parte de algo.
✔︎ Coworking online
Una forma sencilla de simular la cercanía del día a día en oficina.
Funciona así: creas un link de Google Meet o Zoom que esté siempre disponible. Lo compartes con el equipo y cualquiera puede entrar cuando quiera trabajar acompañado, sin agenda, sin presión, sin hablar si no apetece.
A veces solo hace falta saber que hay alguien al otro lado. Esa presencia silenciosa genera sensación de equipo más que muchas reuniones.
✔︎ 1:1 mensuales
No para repasar tareas, para escuchar. Bloquéalas en la agenda, prepáralas con intención, y tenlas incluso si no hay “nada urgente”. Se trata de abrir un espacio donde la persona sienta que puede traer lo que le importa.
Una buena pregunta para empezar: ¿qué necesitas de mí en este momento?
✔︎ Canales de reconocimiento espontáneo
Son gestos pequeños pero con gran impacto. Un canal de Slack para dar las gracias o una herramienta como Nailted para facilitarlo. O simplemente una rutina semanal para compartir algo que valoras de alguien del equipo. Lo que se agradece, se repite, y en remoto, donde las señales informales se pierden, agradecer en voz alta vale x2.
✔︎ Feedback asíncrono
No todo tiene que ser una call. Podemos enviar un Loom, un audio rápido con feedback, un mensaje que no solo diga “esto hay que cambiarlo”, sino también por qué.
Lo importante es no perder ni el tiempo ni el tono. Queremos que el feedback llegue a tiempo, con contexto y con humanidad.
✔︎ Sesiones de crosslearning
El crosslearning va de aprender unos de otros. De compartir cómo resolviste ese reto, qué te sirvió en ese conflicto, qué aprendiste haciendo esa presentación o qué herramienta te ahorró dos horas de trabajo. No va de grandes formaciones ni de traer siempre expertos de fuera. Cuando aprendemos entre iguales, no solo crece el conocimiento, crece todo el equipo.
Puedes crear un espacio mensual (aunque sea de 30 minutos) donde una persona del equipo comparta algo con el resto.
¡¡Pero ojo cuidado!!

Algunos líderes , por miedo a perder el control, sobrecompensan con reuniones constantes o mensajes fuera del horario. Y esto puede ser totalmente contraproductivo. Liderar en remoto no puede convertirse en vigilar. Los líderes deben estar disponibles para facilitar, sin invadir. Porque en entornos 100% remoto se requiere un delicado equilibrio entre autonomía, estructura y entre presencia y libertad.
👉 Creo que puede ser interesante hacerse algunas preguntas:
¿Cómo se siente el equipo después de una reunión conmigo?, ¿más ligero o más cargado?
¿Qué estoy haciendo para que la distancia no se convierta en desconexión?
El vínculo lo es todo
Porque sin vínculo no hay confianza, y sin confianza no hay equipo, solo tareas. Lo que une a un equipo no es el proyecto, sino el sentido compartido. Es decir, el punto es cuidar la experiencia diaria, porque ya sabemos que las culturas no se mantienen solas, y muchos menos en remoto.
Cuando cuidamos cómo nos comunicamos, cómo damos feedback o cómo respetamos los ritmos, construimos cultura. Aunque no compartamos café.
Te dejo un libro imprescindible por si quieres ampliar más en el tema 👉 aquí
💭 Reflexión final
Trabajar en remoto no significa trabajar solos. Pero sí nos obliga a hacer un esfuerzo más consciente por construir vínculos, por cultivar la confianza y por diseñar espacios de encuentro.
La verdadera distancia aparece cuando dejamos de preguntar y de interesarnos y eso, puede pasar igual en una oficina que detrás de una pantalla.
Porque al final lo importante es como nos sentimos haciendo nuestro trabajo y no desde donde lo hacemos.
Gracias por estar del otro lado 🫶
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